La integración de objetos 3D en entornos reales ofrece múltiples aplicaciones en el sector de la infoarquitectura. Descubre para qué sirve y cómo lograr un resultado realista 

La integración de objetos 3D dentro de una imagen real es una técnica muy utilizada dentro de la infoarquitectura hiperrealista, especialmente en la presentación de proyectos. Consiste en incorporar elementos generados de forma virtual dentro de una fotografía real para visualizar su adaptación al entorno donde los vayamos a ubicar. 

Este formato de visualización arquitectónica ya se venía utilizando desde hace tiempo. Para elaborar estos fotomontajes se utilizaban sistemas más o menos rudimentarios. Sin embargo, el desarrollo de herramientas de diseño muy avanzadas nos permite ofrecer unos resultados espectaculares con un alto grado de calidad. De esta manera somos capaces de producir imágenes fotorrealistas.

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Usos de la integración de objetos 3D en entornos reales para infoarquitectura

Esta técnica de infoarquitectura resulta especialmente útil a la hora de adaptar cualquier propuesta de diseño de interiores o edificación al espacio donde se vaya a ubicar. En este sentido, la integración de objetos generados por ordenador en un entorno real (el interior de una vivienda, un solar, un paisaje etc.) presenta múltiples aplicaciones prácticas en el sector AEC (Arquitectura, Ingeniería y Construcción, por sus siglas en inglés). 

Desde obras menores hasta grandes proyectos de construcción, estas son algunas de las aplicaciones:

  • Reformas e interiorismo: a la hora de renovar un espacio, no siempre es fácil anticiparse al resultado, especialmente cuando se trata de un lugar muy familiar. El uso de este tipo de fotomontajes nos permite hacernos una idea del resultado y facilita la toma de decisiones en torno a la decoración, la colocación de instalaciones (electricidad, agua, luz, gas, fibra óptica, etc,) o la distribución de los muebles, entre otros.
  • Promociones inmobiliarias: en el caso de la nueva construcción, integrar los edificios en el entorno es una perfecta herramienta de marketing ya que facilita la sensación de realidad y pertenencia al potencial cliente. Para ello es necesario buscar las localizaciones exteriores apropiadas, diseñar un modelado realista del edificio e integrarlo con la máxima atención a los detalles.
  • Diseño urbano: para la creación de entornos e infraestructuras de uso público también resulta muy útil esta técnica. Podemos, por ejemplo, integrar mobiliario urbano (bancos, fuentes, papeleras, marquesinas, etc.) o diferentes elementos decorativos (fuentes, jardineras, pérgolas, etc.). 

Cómo conseguir una integración lo más realista posible

Una vez que hemos realizado el modelado en 3D de los objetos que vamos a integrar, llega el momento de incorporarlos a la fotografía. En este paso es fundamental llevar a cabo una fusión donde los elementos ficticios se adapten adecuadamente a la imagen real. El objetivo es que el resultado parezca lo más natural posible y no dé una sensación de falsedad. 

Para lograr una perfecta fotointegración entre imágenes reales y virtuales hay que tener en cuenta múltiples factores. A continuación hablamos de los más importantes: posición de la cámara virtual e iluminación.

Posicionamiento de la cámara virtual

Conseguir la perspectiva adecuada es uno de los puntos críticos a la hora de incorporar elementos ficticios dentro de imágenes reales. Para obtener una correcta integración de nuestro objeto 3D es imprescindible configurar la cámara virtual con los mismos parámetros y proporciones que observamos en la fotografía real

Entre otras características, hablamos de ajustar la posición y rotación de la cámara virtual en función de los tamaños y las distancias para que coincida el mismo punto de vista. Para llevar a cabo este proceso, podemos valernos tanto de las referencias visuales disponibles como de mediciones reales sobre el terreno si fuera necesario. 

Parámetros de la iluminación

Los parámetros de iluminación juegan un papel esencial, junto con el posicionamiento de la cámara, en el resultado final. Es imprescindible que coincida con la propia iluminación de la escena real. Para simular las mismas condiciones de exposición, velocidad de obturación, etc. debemos analizar la escena y utilizar aquellas técnicas de iluminación que mejor se adapten a la fotografía. También debemos tener en cuenta las sombras y reflejos para obtener el mismo color e intensidad. En ese caso trabajamos ajustando el tono, temperatura, y saturación.

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