Descubre por qué merece la pena invertir en metodología BIM y qué estrategia seguir para lograr una buena implantación
Trabajar con una metodología BIM implica aumentar la carga de trabajo en las primeras etapas del proyecto. Asimismo, los profesionales que se están iniciando en este modo de organización tienen una curva de aprendizaje que puede ralentizar los procesos y que no existiría si utilizaran sus métodos habituales, como AutoCAD.
La unión de todos estos factores enfatiza una percepción de pérdida de tiempo que puede llevar a una cierta resistencia o rechazo hacia la propia metodología BIM. Esto se acentúa especialmente cuando se acercan los plazos para presentar entregables y el equipo aún está dedicado a planificar y organizar la información del proyecto.
Para evitar que cunda el desánimo, es importante concebir este periodo inicial como una inversión de tiempo que se verá recompensada en fases más avanzadas. Sin embargo, esto supone un verdadero cambio de mentalidad sobre una forma de trabajar que podría estar muy asentada, por lo que lleva tiempo y paciencia conseguir dar el paso y conseguir un compromiso real por parte de todos los profesionales implicados.
Descubre cómo optimizar tus
proyectos con la metodología BIM
¿Merece la pena invertir en BIM?
Estas reticencias iniciales son las que muchas veces impiden aprovechar todo el potencial de una metodología de trabajo cada vez más implantada en el mercado. De hecho, ya es un requisito imprescindible en proyectos de licitación pública. En ocasiones, los profesionales dan marcha atrás al no percibir beneficios a corto plazo y retoman su manera de trabajar habitual. Esto hace que se pierda el valor añadido que aporta la metodología BIM y que se incurran en sobrecostes innecesarios.
Invertir en metodología BIM merece la pena porque ayuda a optimizar la gestión de los proyectos de arquitectura e interiorismo. Entre otras ventajas, supone un ahorro de costes, que puede oscilar entre el 13% y el 21% en la fase de construcción y del 10% al 17% en la fase de operaciones, según el informe del European Construction Sector Observatory de la Comisión Europea. Además, contribuye a agilizar y simplificar las diferentes fases, proporciona una mejor visibilidad del proyecto y mejora la eficiencia de la construcción, entre otras ventajas.
Al tratarse de un modelo replicable, la metodología BIM proporciona beneficios a diversos sectores. Más allá de los estudios de arquitectura, puede utilizarse en otros negocios, como las promotoras inmobiliarias, las multinacionales con múltiples sedes y oficinas o el sector de las franquicias. En este último, permite optimizar toda la gestión del proyecto y mejorar el ROI del proyecto tanto a nivel técnico como económico.
Cómo hacer una buena implantación BIM
Existen una serie de pasos que es recomendable seguir a la hora de implantar la metodología BIM:
1. Nombrar un responsable BIM
Una buena implantación BIM requiere nombrar a responsable BIM cuyo papel residirá en velar por la correcta gestión del proyecto en base a todo el planteamiento de la metodología BIM. En aquellas empresas más grandes, esta labor puede recaer incluso en un departamento completo.
2. Definir los objetivos y estrategias
Es importante establecer desde el principio las metas, plazos y procedimientos sobre los que vamos a plantear el proyecto. Esto contribuye a centrar nuestros esfuerzos y a evitar que se dispersen los recursos en asuntos prescindibles.
3. Crear estándares y plantillas
Esta es una de las labores que más tiempo ocupan cuando hablamos de implantar una metodología BIM, pero también es la que más rentabilidad nos va a proporcionar a futuro. Si creamos unos estándares y unas plantillas de calidad, podrán reutilizarse para el resto de proyectos de la empresa.
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